Leyenda del Palacio Real de Madrid
Madrid
es una ciudad llena de misterios, sobre todo en el área más antigua,
donde las historias de hechizos, fantasmas y aparecidos sobran. Una
visita obligada para cualquier viajero es el Palacio Real,
donde además de asistir al cambio de guardia y obtener una recorrido
guiado, se vive la experiencia de entrar en una construcción sumamente
encantada.
Los terrenos situados entre la cuesta de San Vicente y San Francisco El Grande, eran identificados como hábitat de brujas, duendes y fantasmas,
los cuales empezaron a manifestarse durante el reinado de Alfonso VI y
la construcción del antiguo Alcázar, en 1537. Muchos aseguran que los
trabajos perturbaron el descanso de estas entidades y en represalia se
dedicaron a molestar a los trabajadores, causando la muerte de muchos
obreros.
Siglos
después, en 1698, fue realizado en el Alcázar un exorcismo, al monarca
Carlos II, quien por los eventos desarrollados a su alrededor era mejor
conocido como “El Hechizado“, sobre él se decía que
estaba embrujado desde los catorce años, a causa de haber comido un
chocolate en el que se diluyeron los sesos de un muerto. La causante de
tal mal, fue su propia madre, ayudada por un duende que ya era
reconocido por asustar dentro del edificio.
Más
tarde durante la nochebuena de 1734 en el reinado de Felipe V, mientras
el monarca pasaba las fiestas en el Palacio del Buen Retiro, el Alcázar
fue arrasado por un violento el incendio, que duró 4 días. Entonces, el
soberano encargó en 1735 erigir el palacio “más grandioso del mundo”,
sobre sus cenizas. Por temor a nuevos incendios, la entera construcción
fue realizada en piedra, durante esta etapa los obreros hablaban de fantasmas y demonios que trepaban por los muros.
Así que el gobernante, decidió realizar un exorcismo para librarse de
los accidentes laborales achacados a los espíritus malévolos que
empujaban al vacío a los trabajadores.
Al
concluir la obra, para evitar que el arquitecto construyera otro
palacio como ese, Felipe V ordenó que le sacaran los ojos, le cortaran
los brazos y la lengua, y que se colocara en el palacio una escultura de
su rostro. Hoy en día se dice que esa estatua de su cabeza es la
causante de ruidos, y voces nocturnas, que se acompañan a veces de una presencia fantasmal que mueve de lugar los muebles y azota las puertas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario