lunes, 18 de julio de 2016

San Marcos de León. Breve Historia.

  



Simbología: León, Pluma y Libro
Año y lugar de Fallecimiento: 68 DC. Alejandría.
Venerado en: la Iglesia Copta y  la Iglesia Católica.
Festividad: 25 de Abril.


 RESEÑA

San Marcos Evangelista es considerado por la tradición Cristina como el autor de “El Evangelio de San Marcos”. Los documentos más antiguos que hablan de San Marcos, aseguran que estuvo al lado de San Pedro, en Roma, como intérprete y redactor de la Buena Nueva, primeramente en la catequesis oral y después, en la composición -guiado por el Espíritu Santo- de aquel admirable texto que es el Evangelio más condensado de la vida, los milagros y la muerte de Jesús.  Todo indica que fue el primer evangelio que se escribió y que estuvo basado en el testimonio del mismo San Pedro. La primera vez que habla de Marcos el libro de los Hechos de los Apóstoles, es cuando relatan la salida milagrosa de San Pedro de la cárcel, por obra del ángel que le abre las puertas y se dirige "a casa de María, madre de Juan, por sobrenombre Marcos, donde muchos hermanos se hallan congregados en oración". (Cap. 12, versículos 12 – 16).


Dice su Evangelio que cuando Jesús fue apresado en el Huerto de los Olivos, le seguía un joven envuelto en una sábana para curiosear, a ver en qué paraba todo aquello. Según los intérpretes del Evangelio, es muy posible que este joven fuera el mismo Marcos. Todo parece indicar también que Jesús tuvo estrecha amistad con los padres de Juan Marcos y que por lo tanto, éste escuchara desde muy pequeño las enseñanzas de Cristo siendo además, uno de los primeros bautizados por San Pedro.


En el año 44, cuando ya era todo un hombre, decidió marcharse a evangelizar con su primo, José Bernabé. Acompañó a Pablo y Bernabé en sus recorridos apostólicos por Chipre y otras ciudades. Posteriormente, permaneció entre diez y doce años en Jerusalén al lado de Pedro, ayudándole como secretario y haciendo de "intérprete y consejero" ya que Pedro amaba profundamente a Marcos a quien llamaba cariñosamente "mi hijo Marcos" (1 Pedro 5, 13).


El Evangelio de Marcos comprende dos partes, y cada una comienza con una manifestación divina. En la primera, es la palabra divina con ocasión del Bautismo de Jesús por Juan. En la segunda, la Transfiguración.


La primera parte del Evangelio se desarrolla en Galilea, la provincia de Jesús; la segunda en Judea y en Jerusalén, el corazón de la nación judía. La primera parte muestra la novedad de Jesús, el impacto de su enseñanza sobre las multitudes. Pero, en la segunda parte, viene la desilusión, pues Jesús se niega a ser lo que la gente quería que fuera, y la muchedumbre ya no lo sigue. Cuando Jesús muere, el oficial romano reconoce que el crucificado era el Hijo de Dios (Marcos 15,39).


Es el más breve de los libros del Evangelio (16 capítulos); la razón de ello es que Marcos dio a su Evangelio los mismos límites que los apóstoles habían asignado a la catequesis primitiva. Los apóstoles no se proponían dar todo lo que los creyentes querían saber, sino que querían transmitir lo esencial de lo que Jesús había dicho y hecho (Hechos 1, 21-22).


Para el año 67, cuando mueren los dos Apóstoles, San Pedro y San Pablo, Marcos se halla en Roma. La tradición dice que Marcos evangelizó como Obispo de Alejandría, en Egipto, donde realizó varios milagros y estableció una iglesia y su famosa escuela cristiana, nombrando un obispo, tres presbíteros y siete diáconos y murió allá como mártir en el año 68, un 25 de abril.


Se dice que sus asesinos trataron de quemar su cuerpo, sin conseguirlo. Los cristianos de Alejandría rescataron su cuerpo intacto, lo envolvieron y le dieron sepultura. En Venecia, Italia, se veneran, en la preciosa catedral de su mismo nombre, los restos mortales del evangelista, cuyo traslado de Alejandría se remonta al siglo IX.

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