Leyenda de la Cruz de Caravaca. Joyas de Plata con Historia.
Cuenta la tradición desde la Edad Media, que la Cruz de Caravaca es la “verdadera cruz”, el leño donde fue crucificado Jesucristo. Los templarios la llamaban Vera Cruz. Hay distintas versiones que relatan el encuentro de esta reliquia por Santa Elena o por su hijo Constantino en el siglo IV. Lo que parece estar claro es que perteneció al patriarca Roberto de Jerusalén, primer obispo de la ciudad santa después de ser conquistada a los musulmanes en 1099 durante la Primera Gran Cruzada. Y en 1231 empieza la parte interesante… la cruz aparece milagrosamente en Caravaca.
Reinaba Fernando III el Santo en Castilla y León y Jaime I en Aragón. El reino taifa de Murcia estaba regido por el famoso Ibn-Hud, que se reveló contra los almohades y dominó gran parte de Al-Andalus. Caravaca era en aquel momento dominada por los musulmanes.
Ceyt
Abuceyt, rey almohade de Valencia y Murcia, se encontraba en sus
posesiones de Caravaca interrogando a los cristianos prisioneros para
conocer sus oficios y atribuirles una ocupación en consonancia con sus
habilidades. Entre ellos estaba el sacerdote Ginés Pérez Chirinos,
misionero en tierras sarracenas donde predicaba el Evangelio. Quien
respondió al rey moro que su oficio era el de decir misa. Ceyt Abuceyt
sintió curiosidad y ordenó al prisionero dar pues una misa. Para ello,
se mandaron traer los correspondientes ornamentos y el 3 de mayo de
1232, en la sala noble de la fortaleza, el sacerdote comenzó la
liturgia, pero enseguida se detuvo. Faltaba un elemento imprescindible
en el altar: un crucifijo.
Se
produce entonces el milagro. Dos ángeles descendieron desde el cielo y
depositaron delicadamente una cruz de doble brazo en el altar. El
sacerdote continuó con la Eucaristía y, ante tal acontecimiento, el rey
moro se convirtió al cristianismo.
Posteriormente se documentó que la cruz
aparecida era el pectoral del obispo Roberto de
Jerusalén, confeccionado con la madera de la Cruz donde murió
Jesucristo. Parece ser que dichos documentos desaparecieron, por lo que
la historia tilda el acontecimiento de leyenda. A partir de la histórica
aparición de la cruz en Caravaca, surgió el nacimiento
de las órdenes militares para luchar por la Reconquista. Los cristianos
que llegaban al pueblo se sentían “tocados y cobijado por una fuerza sagrada”.
Muchos liberados del cautiverio acudían a depositar sus cadenas como
exvotos a la pequeña capilla interior del castillo, en donde los
Templarios custodiaban la Cruz.
Desde entonces, es costumbre regalar una Cruz de Caravaca en el pueblo como muestra de amor. La Cruz de Caravaca
tiene un poderoso significado de protección y buenos augurios.
Actualmente, muchas personas en distintas partes del mundo, aun no
siendo cristianas, conservan una Cruz de Caravaca en plata
o en oro, ya que siendo un regalo, otorga protección contra todo tipo
de males, protege al hogar y a sus habitantes, rechaza las malas
energías y los daños, y tan importante en los tiempos que corren… protege la economía familiar y brinda prosperidad.
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Y vosotros… ¿lleváis una Cruz de Caravaca? ¿Os la regalaron o la comprastéis?
storia que está por contar.